Desde 1857 que Valparaíso -salvo por algunos periodos excepcionales- cuenta de forma permanente con un dique. Hoy es el «Valparaíso III» perteneciente a la Sociedad Iberoamericana de Reparaciones Navales Ltda. -Sociber- la que desde 1985 sigue con esta tradición, la cual está en riesgo pues a fin de año deberá dejar su actual posición para trasladarse a otro punto de la bahía por el desarrollo del Terminal Dos.
«En concreto recibimos una comunicación formal de la Empresa Portuaria de Valparaíso que nos señala que el dique debe salir de su actual posición el 31 de diciembre. Yo debo suponer que en esa fecha vamos a ser un obstáculo para el desarrollo de Valparaíso y, como somos ordenados, acatamos las instrucciones que nos ha dado la autoridad administradora del puerto y lo vamos a hacer», comentó el gerente general de la empresa, Hugo Barra.
El problema es que el nuevo punto en que deberá situarse la estructura -a cerca de 700 metros de su actual posición- genera dudas ante lo cual la firma encargó un estudio que determinará si el nuevo emplazamiento es viable.
«Nos han asignado un punto y por supuesto estamos estudiando cómo vamos a funcionar allí, diseñando una maniobra y un diagrama de fondeo, y adicionalmente, y esto es muy importante, debemos ser muy responsables por lo cual hemos encargado un estudio de análisis de riesgo para esa nueva ubicación porque no estamos obligados a lo imposible», recalca el ejecutivo.
Si los resultados son negativos ya está definida la primera prioridad para su nuevo destino: la Octava Región. Y es que el consorcio chileno español maneja la opción de arrendarlo a Asmar Talcahuano.
«Tenemos que resguardar la vida de nuestros trabajadores y la estructura dique porque el día de mañana no nos podemos arriesgar a que esté golpeando contra los rocas, así que estamos evaluando y para ello serán claves los resultados de ese estudio que deberían estar en septiembre y, en base a ello, tomar la decisión si el dique permanece en Valparaíso o debe irse a otro lugar», sentenció.
Barra advierte que las condiciones de mar y meteorológicas han ido variando en los últimos años, de allí la necesidad de hacer el estudio el que -recalca, es financiado por los propios trabajadores de la empresa. «Lo único que en este momento nos provee abrigo es el molo (…) Nadie está obligado a lo imposible y no puede quedar en una posición en la que corra riesgo», advierte.
Respecto a la determinación de EPV señala que como empresa Sociber «jamás va a ser un obstáculo para el desarrollo de Valparaíso».
Desde 2013, año en que caducó la concesión marítima otorgada a Asmar para ocupar el sector, el consorcio chileno-español llegó a un «acuerdo de uso de área» con EPV. «Dado el avance del proyecto TCVAL no podía ser permanente lo cual es absolutamente entendible, por lo tanto debíamos renovarlo cada tres meses con un horizonte de nueve», explicó Barra.
En esa línea precisó que cuando se solicitó la extensión de uso de área, el 31 de marzo de este año, el permiso se prorrogó hasta el 31 de diciembre. «El 30 de junio al momento de pedir prolongar la autorización hasta el 31 de marzo del próximo año, la EPV nos comunicó que ya no era posible», reveló el ejecutivo. «Aparentemente a partir del 1 de enero de 2017 vamos a ser un problema para el desarrollo del terminal, no creo en lo personal que vayan a haber obras a esa fecha, pero vamos a cumplir lo que indica la autoridad», dijo. «He escuchado mucho en los diarios medidas de mitigación, parece que nosotros no estamos incluidos», lamentó.
Actualmente, la estructura tiene una planta de 71 trabajadores, a lo que se suman también eventuales llegando a tener hasta 200 cuando hay una tarea compleja. «Del 100% de los ingresos de Sociber, el 95% queda en los cerros de Valparaíso y esa es una característica de las actividades de reparaciones navales, pues da muchas oportunidades de trabajo».
Desde la empresa portuaria, el gerente general, Gonzalo Davagnino, explica que están en permanente contacto con el consorcio para buscar la mejor ubicación para el dique y que permanezca en Valparaíso.
«Hemos sostenido reuniones con Sociber, Asmar y la autoridad marítima y sé que también en forma paralela también han conversado con autoridades de TCVAL. Efectivamente que hay plazos que son importantes ya que nuestro concesionario está haciendo estudios en relación a la evaluación de impacto ambiental y por tanto tiene que haber una claridad respecto a la ubicación del dique», dijo el ejecutivo, agregando que el nuevo punto que se ha definido para la estructura sea técnicamente factible.
«Sociber tiene todo el interés que se mantenga en Valparaíso y nosotros también porque es una tradición y también es parte de la ciudad, y si hay que hacer otros esfuerzos estamos dispuestos a apoyarlos desde el punto de vista de la coordinación, sosteniendo reuniones técnicas y en general en todo lo que sea posible», enfatizó el gerente general de la estatal.
Davagnino agregó que la estructura es necesaria para Valparaíso porque representa un complemento para la gestión portuaria. «Hay muchos buques que operan acá y sin duda el disponer de servicios complementarios de apoyo a estas naves son bien recibidos. Consideramos que el dique es fundamental porque puede atender diversos tipos de naves, como buques de crucero de menor tamaño, de frutas, en fin, es un mercado que nos interesa mantener en Valparaíso», subrayó.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso