Fuente: El Mercurio
Hace cinco años, solo una carretera con estándar de autopista conectaba al Gran Concepción con el resto del país. Las otras rutas, que unen la capital del Biobío con Bulnes, Cabrero o la provincia de Arauco, eran de una vía. Esto significaba un problema cada fin de semana largo, cuando parte de los 1,2 millones de habitantes de la ciudad salía y debía competir con el flujo de camiones que llega a los puertos de la zona.
Los tacos y la mala seguridad vial hacían que muchos penquistas que viajaban al sur tomaran un desvío de 75 km hacia el norte por la Ruta del Itata, la única autopista con doble vía que conectaba Concepción con la Ruta 5 Sur.
Este año, la cantidad de vías con mejor estándar pasará a tres. Esto, porque hace unas semanas se entregó la ruta que une Concepción con Cabrero y la Ruta 5 Sur, y está pronta a recibirse la Ruta 160, que conecta la ciudad con la provincia de Arauco.
La primera, la Ruta 146, se estrenó en agosto con cobro de peaje y una novedad en la región: el tag. Los trabajos, que duraron cuatro años, concluyeron con 72,3 km de camino de dos pistas por lado y casi sin cruces a nivel. La inversión fue de US$ 370 millones.
La Ruta 160 en tanto, tuvo retrasos, y se entregará en octubre después de ocho años de trabajos con una inversión de US$ 330 millones que dejó sus 88,7 km con estándar de doble vía.
La Corporación de la Madera (Corma) asociación que agrupa a empresas madereras, cuyas exportaciones son el 80% del tráfico por los puertos del Biobío, ve positivamente estas mejoras.
«Si hay más rutas, los puertos pueden empezar a competir entre ellos por cargas provenientes de otros lados, y eso podría traducirse en menores costos», dice Jorge Serón, presidente del organismo en la región.
«Mejoró la conexión hacia los puertos, pero los camiones que llegan desde Cabrero, desde Los Ángeles o Arauco enfrentan la misma situación: compiten con el tráfico urbano», añade, explicando que eso hace que los chóferes pierdan tiempo antes de cargar.